domingo, 8 de noviembre de 2009

Por Puta!

He decidido que soy una puta... No es que no lo supiera antes, es que no me había decidido a admitirlo.

Después de muchos mensajes con mi hombre de nombre impronunciable para intentar encontrarnos anoche, decidió invitarme a su casa. Dentro mío se sembro en ese momento la semilla de la decepción. Al final si quería lo mismo que todos....

Le dije que mejor viniera conmigo y mis amigos y luego ya veíamos. Y no hubo respuesta. A la decepción le salieron tallo y hojas...

Así que bebí, canté, bailé y no estoy muy segura de como cuando y porque. Pero termine bañandome en la piscina de una discoteca con un irlandes (moooy irlandés) y haciendo carreras con un grupo de chicos muslim que estaban ahí. Evidentemente como mujer despechada acabé marchandome con el irlandés.

Destino: Endfield (Si, suena tan lejos como estaba)

Un chico adorable, no puedo decir otra cosa. Hay algo de los irlandeses que nunca entenderé y es su ferviente creencia en Dios. En este caso este chico en concreto tenía un tatuaje que decía "hacia donde Dios me guíe" en el pecho y una cadena de oro con una pequeña cruz que estubo danzando entre mis pechos durante todo el acto... La verdad no es la mejor manera de crear un ambiente romántico. Me sentí totalmente demoniaca. Viendo la palabra Dios y teniendo esa cruz. Me pasé la mayor parte del tiempo colocandole la cruz en la espalda. Terrible.

Lo peor de todo fue a la mañana siguiente. Sonó mi telefono y cuando miré me quería morir. El chico de nombre impronunciable me estaba llamando. Como de mierda se puede sentir una? Intenté recordar las razones que me habían traido hasta el culo del mundo, aún sabiendo que había un chico adorable, en el centro de Londres que me ofrecía, como mínimo, lo mismo que me estaba dando el irlandés. No puedo sentirme peor, es imposible.

Cuando el irlandés me llevo hasta el tren y se despidió de mi le mandé un mensaje al chico de nombre impronunciable. Y volvimos a nuestro coqueteo de siempre, pero yo ahora lo veo diferente. Tengo, me exijo, ser más paciente, menos ansiosa, menos exigente. No me puedo sentir peor.

Llegué a Liverpool Street y como no había pagado el billete el segurita me quería poner una multa. Vió en mis ojos que no era mi mejor día, por que decidió perdonarme la vida. Por dentro solo podía pensar, esto es el karma. Por puta!

Rouge

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