Te pido un favor, aún sin conocerte, aún si no me conoces: Lame mis heridas, mis desgarradas, sangrientas y palpitantes heridas. Lámelas por favor, que no puedo.
No puedo pues me aturde el sonido de mis gritos y gemidos de dolor angustioso que escucho mientras miro en silencio por la ventana del autobús. No puedo xq me estor retorciendo de dolor sentada y quieta en este autobús. Autobús de vuelta a mi casa donde me espera mi concurrida soledad.
Concurrida xq sé sin duda que me acompañarán mi desdicha lastimera, mi amor vapuleado y despreciado, mi ego arañado y arrastrado, mi inocencia desgarrada, mi confianza mal trecha, mi rabia contenida, mi verguenza humillante y mis heridas, mis desgarradas, sangrientas y palpitantes heridas.
Camino por la calle, arrastrando como condena mi desamor, de camino a mi casa. Los desconocidos me miran intentando ver mis lagrimas q no caen, pero q están ahí y yo les devuelvo las miradas y les suplico que me laman las heridas, pues yo no puedo... les suplico de rodillas y a gritos, mientras camino en silencio arrastrando mi amor...
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